viernes, 14 de noviembre de 2008

Cadena nacional de telenovela

Desde mi visita a Venezuela me queda el vicio de seguir la telenovela protagonizada por el teniente coronel Hugo Chávez. Frecuentemente sintonizo Globovisión o Telesur, para tener las dos versiones de la historieta, la opositora y la oficialista.

Ayer, sintonizando Globovisión, me llevé el premio gordo: cadena nacional, mi absoluto favorito dentro de la telenovela venezolana, con la actuación estelar del comandante en jefe. Dos horas revolución bolivariana condensada, auténtica, en vivo: historieta in the making.

La razón para decretar cadena nacional obligatoria es un discurso del comandante de la revolución bolivariana en ocasión de la repartición de fondos estatales a los bancos comunales.

Una sala de teatro llena de los representantes de unos mil bancos comunales promovidos por el gobierno. Los "compañeros", como saben que van a salir en cadena nacional, se visten como se debe: todos de camisetas rojas y con gorros rojos.

El único en la sala que está vestido diferente es el ciudadano presidente Hugo Chávez, quien lleva, encima de la camisa roja, el verde olive militar. Para mostrar que es el comandante en jefe de este régimen militar.

Los uniformados de rojo tienen que resistir dos horas de un discurso que divaga de la crisis "terminal" del capitalismo a la muerte del mariscal Sucre; del sistema de bancos comunales a los medios de comunicación privados al servicio del imperialismo; de un saludo al nuevo "presidente negro de Estados Unidos" a la carta de 20 páginas escritas a mano que acaba de recibir de Fidel Castro.

El comandante, presidente y líder deja claro que en estos actos no sólo se trata de hablar al pueblo de asuntos del Estado, sino de "compartir con ustedes y en cadena nacional los pensamientos que me llegan en la noche, cuando se va el stress y paso pensando, o cuando leo las recomendaciones que me manda mi padre Fidel Castro..."

Claro, sería injusto negar al pueblo el derecho de conocer estos pensamientos de su máximo líder. Después de años de encachimbarme con las cadenas nacionales de Francisco Flores y Tony Saca, al fin entiendo y acepto la necesidad y el profundo sentido de esta institución democrática, participativa y educativa que es la cadena nacional.

Tengo la certeza que el gran comunicador que aquí compite por la presidencia, en caso que gane, sepa aprovechar bien este recurso. Y su partido seguramente ya tiene suficiente existencia de camisetas y gorras rojas para el vestuario adecuado del público asistente. Para poner este show en escena como se debe...

Los vídeos de los eventos electorales en estadios y plazas públicas demuestran que el FMLN ya está ensayando. Claro, mientras no ganen y no tengan en Casa Presidencial a un comunicador popular adecuado, no pueden aplicar esta coreografía a los actos escolares, desfiles nacionales, reuniones del presidente con los beneficiarios de programas del Estado.

Hace una semana vi otra cadena nacional de Hugo Chávez. Esta vez la ocasión fue la inauguración del nuevo ciclo de la Misión Sucre, que es una especie de universidad para adultos, cuyos alumnos son becados por el Estado. Disculpe, por el presidente.

Unos 300 estudiantes en el departamento de Táchira tuvieron el privilegio de conocer los pensamientos del señor presidente.

El extra en esta ocasión fue que también pudieron hablar los alumnos. Uno por uno el jefe de la revolución les preguntaba sobre su vida, sobre sus sueños, y aprovechó de darles consejos individuales de vida y revolución.

Todos vestidos de rojo, esta vez con un logo de la Misión Sucre, algunos con caras como ponen los feligreses en los cultos del hermano Toby, otros con cara de aburridos o de no me hablés, por favor. Buen, a estos últimos habría que decir que al fin el tipo les paga una beca mensual bonita, tiene derecho de explicarles el mundo, la historia, el arte, el capitalismo y el socialismo...

Ya que a mi me han criticado de darles consejos de campaña a Rodrigo Ávila, ahí van dos más. Primero, grabar y reproducir en sus spots estos actos oficiales venezolanos, y preguntar a los salvadoreños si esto es lo que realmente quieren.

Segundo, firmar un compromiso que en su gobierno no habrá cadena nacional, a menos que haya terremoto, guerra, aumento de salario mínimo o carnaval de San Miguel.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

Ortega exterminaría

El abogado del Estado expresó a los periodistas que bastaría un llamado del líder del FSLN “para que no quedara piedra sobre piedra en medios de comunicación adversarios”. Hizo extensiva esta capacidad de exterminio de Ortega a todo el país, y concretamente se refirió a canales de televisión y radioemisoras. Nada de eso ha sucedido, dijo, por la serenidad y sabiduría del Presidente, es decir, hasta ahora nos ha perdonado la vida.

El Procurador General de la República, Hernán Estrada, afirmó que “bastaría un llamado del jefe del Estado, del líder político del FSLN, Daniel Ortega, y no quedaría piedra sobre piedra sobre ningún medio de comunicación que fuera adversario”.

“Si el comandante Daniel Ortega dispusiera llamar a las calles, no quedaría piedra sobre piedra sobre este país y sobre ninguna emisora y sobre ningún Canal de este país, pero, gracias a Dios no lo ha hecho por la sabiduría y serenidad del gobernante que tenemos”, afirmó Estrada.

El Procurador hizo las afirmaciones ante diversos medios de comunicación, al presentarse ante la Presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), doctora Vilma Núñez, a pedir el acompañamiento para investigar el ataque al periodista de La Nueva Radio Ya, Nicolás Berríos, y de un menor que resultó herido durante los actos de violencia registrados en los últimos días.

Para Estrada, “es un desafío eso que ha ocurrido”, y por ello dijo que se presentó al Cenidh, para abogar por la seguridad y tranquilidad de todos los ciudadanos y para defender a los periodistas.

Causa gran preocupación
Sin embargo, las afirmaciones de Estrada provocaron preocupación entre los periodistas que cubrían la actividad, pues consideran que expresiones de ese tipo exacerban los ánimos contra los comunicadores que realizan su trabajo en la calle.

Estrada calificó el ataque a Berríos como un acto grave, por tratarse de una tortura en la vía pública y con características de haber sido realizado por gente con conocimiento y dominio de esa técnica, propia de operadores sicarios que actúan por agencia de terceros.

“Realmente es peligroso para todos ustedes (periodistas) y todas las personas, de expresarse y andar en la vía pública. No se puede perder la seguridad jurídica por grupos políticos que no quieren esperar que las autoridades electorales se pronuncien”, dijo el procurador.

Hasta ahora reacciona
Sin embargo, no respondió por qué actúa en este caso y no lo ha hecho en otros, donde periodistas, camarógrafos y fotógrafos de otros medios de comunicación, han sido agredidos mientras desarrollan su labor.

Núñez informó que Estrada también hizo esas afirmaciones durante la visita en privado, y aunque en ese momento no lo cuestionó, considera las expresiones como una amenaza y una actitud contradictoria.

“Me preocupó tremendamente lo que dijo en la reunión privada, porque incita a la violencia”, dijo la Dra. Núñez, quien considera que aunque el caso de Berríos es el más grave, ha habido otros sufridos por otros periodistas.

Núñez expresó su preocupación porque en la actual situación, los periodistas aparecen objetivizados y no por casualidad, sino porque constituyen una válvula de escape de la población.

Los periodistas, dijo Núñez, son carne de cañón porque se meten en medio de los conflictos. Explicó que si hubiera suficientes elementos sistematizados de las agresiones y atropellos a los periodistas, que son defensores de derechos humanos, estarían siendo protegidos.

La directora del Cenidh dijo confiar en que el representante del Estado no se convierta en un instrumento de manipulación y manejo, y que su petición de acompañamiento sea real y auténtica, y no una cortina de humo.

Núñez reiteró que están en contra de cualquier acto de violencia venga de donde venga, pero que eso no puede confundirse con el derecho constitucional de manifestarse.

(El Nuevo Diario, Managua)

En serio...


Martin Kozlowski, The Wall Street Journal


TAZ Berlin (La Cabaña del Tío Barack)


Peter Toles, The Washington Post



Steve Bell, The Guardian

jueves, 13 de noviembre de 2008

El triunfo electroral del FSLN

COMUNICADO

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, junto al pueblo venezolano, celebra el triunfo democrático protagonizado el pasado domingo 9 de noviembre por el hermano pueblo nicaragüense en las elecciones municipales, que con su voto le dieron una histórica victoria al Frente Sandinista de Liberación Nacional, encabezado por el Comandante Presidente Daniel Ortega.

El FSLN alcanzó el triunfo en la mayoría de las alcaldías a elección, mediante un proceso limpio y de absoluta transparencia, supervisado por el incuestionable profesionalismo del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua, institución con cerca de tres décadas de experiencia en procesos electorales.

Con esta victoria, el pueblo nicaragüense consolida un año 2008 lleno de avances democráticos en Nuestra América, sumándose a las victorias de Fernando Lugo en Paraguay, la reafirmación de Evo Morales en Bolivia y la reciente aprobación de la nueva Constitución en Ecuador.

Sin embargo, observamos con preocupación la conducta intervencionista del actual gobierno estadounidense, a través de su Embajador en Managua, que pretende empañar esta jornada electoral, cuestionando sin fundamento la victoria sandinista. Por eso, denunciamos y rechazamos categóricamente esta conducta del gobierno de George W. Bush, quien carece de moral para opinar sobre los asuntos internos de Nicaragua y cuestionar el prestigio de las instituciones electorales de este hermano país.

Cabe recordar que el presidente Daniel Ortega y el FSLN conquistaron el poder con las armas en 1979, encabezando una insurrección en contra de la dictadura de Anastasio Somoza, implantada mediante una de las tantas intervenciones estadounidenses en suelo latinoamericano a lo largo del siglo XX; y que luego de ganar varios procesos electorales durante la década de los 80, en el año 90, el FSLN sufrió una derrota que fue inmediatamente reconocida, no vacilando en aceptar la voluntad popular y entregando de manera pacífica y legal el mandato al nuevo gobierno.

Durante los 16 años posteriores, el FSLN se mantuvo en el proceso político, impulsando las reglas de la democracia, y siempre reconociendo los resultados oficiales del Consejo Supremo Electoral.

Por esa razón, Venezuela hace un reconocimiento a la integridad democrática del FSLN y su líder, el presidente Daniel Ortega, y expresa su más decidida solidaridad con el pueblo de Nicaragua, con su Gobierno y con todas las instituciones democráticas de ese país, haciendo un llamado a los gobiernos y pueblos hermanos de América Latina para que juntos exijamos al gobierno de Estados Unidos el respeto a la soberanía del pueblo nicaragüense.

La amenaza como estrategia electoral

Hugo Chávez ha vuelto a la carga. El presidente venezolano recordó el martes a los partidos de la oposición que compiten en las elecciones regionales del próximo 23 de noviembre que la suya "es una revolución que está armada" y que "el pueblo está dispuesto a defender el proceso revolucionario". El domingo había amenazado con apelar a los tanques de guerra si los electores dan el triunfo a "la oligarquía" en el Estado de Carabobo. Ese mismo día ordenó la toma militar de un aeropuerto en el Estado de Sucre, gobernado por el disidente del chavismo Ramón Martínez, a quien calificó de "asqueroso traidor". Y 15 días antes, el 9 de noviembre, había dicho que recurriría a un "plan militar" si la oposición, representada por "ese desgraciado" de Manuel Rosales, era reelegida en el Estado de Zulia. También ha dicho que llevará a la cárcel a Rosales y a Martínez, por "corruptos" y "conspiradores".

Las amenazas con tanques, fusiles y cárcel, y la descalificación del adversario son las armas políticas que más ha empleado Chávez desde que se unió a la campaña por los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para las elecciones regionales. El centro de la diana han sido fundamentalmente las plazas electorales donde los partidos opositores o disidentes del chavismo controlan el poder o tienen opción de obtenerlo: Zulia y Nueva Esparta, los únicos Estados gobernados por la oposición tradicional de los 24 que conforman el país, y Sucre, Guárico y Carabobo, gobernados por antiguos aliados del oficialismo.

La ofensiva presidencial comenzó a principios de octubre, en medio de denuncias de un presunto plan de magnicidio efectuadas por el PSUV, en las que Chávez ha involucrado alternativamente a los gobernadores opositores. Por esa época advirtió que no enviaría recursos de la renta petrolera a aquellos Estados donde triunfara "la contrarrevolución", ya que el dinero podría ser empleado en conspiraciones para derrocarlo.

A dos semanas de las elecciones, los efectos de esta confrontación ya comienzan a sentirse. Aunque las encuestas reflejan que los insultos de Chávez han fortalecido a sus adversarios en Estados tradicionalmente opositores como Zulia y Nueva Esparta, también muestran que este discurso comienza a surtir efectos favorables al oficialismo en sectores donde el chavismo se había atomizado. Según el analista Luis Vicente León, director de la firma encuestadora Datanálisis, el presidente Chávez ha escogido la estrategia de dividir el país para convertir las elecciones regionales en una suerte de plebiscito en el que se juega su permanencia en el poder, para apelar a la unidad de la disidencia. "Rosales representa a la oposición en genérico y al atacar a Martínez le dice a los chavistas que no se confundan, que votar por los disidentes es votar contra Chávez. El impacto que ha logrado con esto es malo en Zulia y en Sucre, por ejemplo. Pero en otros Estados como Táchira, Mérida, Miranda, Cojedes, Guárico y Barinas ha logrado acortar la distancia a favor de sus candidatos".

Palabras a cañonazos

Éstas son algunas de las frases de Hugo Chávez en campaña:

5 de octubre-Carabobo. "Donde haya gobernadores contrarrevolucionarios, donde haya alcaldes contrarrevolucionarios, pues yo no puedo enviar recursos. ¿Para qué? ¿Para que se los roben o para que los usen en la conspiración contra mí?".

20 de octubre-Nueva Esparta. "Hay que sacar a ese gobernador adeco [Morel Rodríguez, Nueva Esparta] que es de la escuela de Carlos Andrés Pérez, de quien aprendió muy bien la manera indigna de manejar la política (...). Los que me quieren matar se la pasan aquí en reuniones. Yo alerto a los efectivos de la Guardia Nacional [GN], para que estén mosca".

24 de octubre-Zulia. "En el caso, que sería terriblemente nefasto, de que Manuel Rosales y sus mafias triunfaran, tendríamos que empezar a hacer un plan, incluso militar".

9 de noviembre-Carabobo "Si permiten que la oligarquía (...) regrese a la Gobernación de Carabobo], a lo mejor voy a terminar sacando los tanques de la Brigada Blindada para defender al Gobierno revolucionario y para defender al pueblo".

9 de noviembre-Sucre. "[Ramón Martínez, Sucre] no sólo va a perder la gobernación sino que va a terminar en la cárcel, él verá, pero el 23 de noviembre te vamos a barrer, asqueroso traidor".

(El Pais, Madrid, España)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Mensaje de la Conferencia Episcopal de Nicaragua sobre las elecciones

Queridos hermanos nicaragüenses:

En este momento de incertidumbre nacional, quisiéramos ante todo agradecer profundamente a la ciudadanía por el ejemplo cívico manifestada el día de las votaciones, igualmente asumimos una postura clara en favor de nuestro pueblo, que hoy se siente frustrado por los resultados electorales en muchas municipalidades.

La base de esa frustración que percibimos en nuestra gente, tiene como fundamento una serie de irregularidades tales como: supresión de personerías jurídicas de partidos políticas, retardación de proceso de cedulación, la no entrega a tiempo de muchas cédulas, la no acreditación de observadores nacionales e internacionales, el cierre temprano de las Juntas Receptoras de Votos, expulsión de fiscales, incoherencias entre las actas firmadas por todos los fiscales y los informes televisados emitidos por el CSE e impugnaciones infundadas de JRV. Estas irregularidades deslegitiman y ponen en entredicho el proceso electoral en muchos municipios y cabeceras departamentales, arriesgando la institucionalidad democrática del país.

Por esta razón, hacemos un urgente llamado a los miembros del CSE a actuar con honestidad, transparencia e imparcialidad por su dignidad personal y el respeto al voto sagrado que en conciencia depositó nuestro pueblo en las urnas.

Revisión y cotejo de actas

Consideramos que uno de los principales caminos para superar la desconfianza generalizada de la población en estos comicios, es la revisión y cotejo de las actas en manos de los partidos participantes, tal y como fueron firmados en el momento de cierre de las JRV, ante fiscales de los partidos políticos y organismos de observación nacionales e internacionales.

Llamamos a los líderes de todos los partidos y a sus fiscales a trabajar con integridad moral y prudencia, por la verdad y la justicia, consagrándose con sinceridad y rectitud, más aún con caridad y fortaleza política al servicio del bien común (Cfr. GS75).

Invitamos a la empresa privada, al Cuerpo Diplomático acreditado en nuestro país y a los organismos internacionales a continuar contribuyendo activamente con la institucionalidad democrática de la nación, sobre todo en estos momentos en que la ciudadanía demanda legitimidad del proceso electoral.

Exhortamos a todos los nicaragüenses, especialmente a las autoridades electorales, líderes políticos, militares, policiales y sociales, a evitar toda acción de violencia.

Finalmente, para alcanzar la armonía y estabilidad ciudadana, llamamos a nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas, que junto a sus comunidades iniciemos una jornada de oración eucarística a partir de este jueves hasta la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.

¡María Reina de la Paz… Ruega por nosotros!

Dado en Managua a los 11 días del mes de noviembre de 2008, Año Jubilar Paulino.

Conferencia Episcopal de Nicaragua

Mons. Leopoldo José Brenes Solórzano, Arzobispo de Managua, Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua
Mons. Bernardo Hombach, Obispo de Granada, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua
Mons. Sócrates René Sándigo Jirón, Obispo de Juigalpa, Secretario de la Conferencia Episcopal de Nicaragua
Mons. Bosco Vivas Robelo, Obispo de León
Mons. Juan Abelardo Mata Guevara, Obispo de Estelí
Mons. Jorge Solórzano Pérez, Obispo de Matagalpa
Mons. Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, Obispo de Jinotega
Mons. Pablo Schmitz Simon Ofm. Cap, Obispo del Vicariato Apostólico de Bluefields
Mons. David Zywiec Sidar Ofm. Cap, Obispo Auxiliar del Vicariato Apostólico de Bluefields

Intervención en el mercado, ¿lo indispensable o lo más que se puede?

Necesitamos un Estado más fuerte. Sobre esto hay consenso. Estado fuerte para regular al mercado donde el abandono de la regulación ha llevado al caos al mercado.

El peligro es que intervenga y regule un Estado que no sepa hacerlo, con instrumentos inapropiados. Peor aun que intervengan y regulen gobiernos que quieren regular e intervenir lo más que se puede, dirigidos por partidos y políticos que tienen años o incluso décadas de esperar que haya una situación que les permita intervenir en el mercado. Hay una gran diferencia entre estar deseoso de intervenir y sentirse obligado a intervenir. Es una gran diferencia que intervenga un Estado conducido por gente que desconfía de un exceso de intervención del Estado en el mercado -- o un Estado conducido por gente que siempre ha desconfiado del mercado. El primero va a intervenir lo estrictamente necesario, pero lo menos posible. El segundo va a buscar aprovechar la actual crisis para implementar la máxima intervención estatal posible. Para el primero, la nacionalización sería el último recurso, para el segundo la opción preferencial.

No es una cosa hipotética. En la cumbre iberoamericana en San Salvador las voces más altas que exigieron más Estado en la economía eran precisamente los gobiernos que sueñan con la crisis final del sistema capitalista -- crisis que durante décadas han anunciado y que al fin vuelva a poner en la agenda al socialismo. La discusión sobre el capitalismo provocada por los jefes de Estado de Nicaragua, Ecuador, Argentina, Bolivia, Guatemala y Honduras no sólo mostró que bajo la influencia de Cuba, Venezuela y los petrodólares se está formando un bloque de países latinoamericanos que no tiene ningún interés que los mecanismos y organismos del sistema financiero internacional se reformen y se vuelvan eficientes. También mostró un preocupante grado de incapacidad de los demás jefes de Estado de enfrentar esta tendencia. Con pocas excepciones, la cumbre desnudó el bajo –en algunos casos pésimo- nivel de liderazgo y capacidad de debate, análisis y propuesta de los gobernantes de América Latina.

Había muy pocas excepciones: la chilena Bachelet, el brasileño Lula, el español Rodríguez Zapatero, el colombiano Uribe y el mexicano Calderón. Todos los demás, o brillaron por discursos cargados de ideología trasnochada o por incapacidad de responder. Lograr que esta cumbre lograra algunos resultados y no termine en un gran fracaso, es resultado de una excelente y encomiable labor del presidente anfitrión.

Para que la receta de más Estado y más regulación funcione y para que la medicina no sea más dañina que la enfermedad, primero hay que construir Estado. Parece que Estados Unidos, el país clave para el sistema financiero mundial, está haciendo precisamente esto con el ascenso de los demócratas al poder: reconstruir el Estado que bajo la presidencia de Bush ha perdido la capacidad de intervenir adecuadamente en crisis económicas, financieras e incluso naturales.

“Regular el funcionamiento de los mercados globales, sin la tentación de confiar en la autorregulación de la ‘mano invisible’, tampoco debe llevarnos a lo contrario, con un exceso de intervencionismo del Estado o de los Estados concertados. Necesitamos Estados modernos, fuertes y ágiles, que sean ellos mismos transparentes, eficaces y previsibles. Regular el mercado no es sustituirlo, sino enmarcarlo en su función correcta. Por eso es la hora de la política como gobierno de los intereses de los ciudadanos en el espacio que compartimos, desde lo local nacional hasta lo global, pasando por integraciones regionales como la Unión Europea, capaces de ordenar el sistema financiero y los flujos comerciales,” escribió Felipe González en El País.

En la cumbre iberoamericana, los que más intervención del Estado promovieron, eran los que presiden sobre los estados menos transparentes, menos eficaces, menos previsibles y menos democráticos: Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina.

El debate constructivo de cómo repensar las relaciones entre Estado y mercado no nace en estos lados. Nacerá en la nueva administración demócrata en Washington y sus debates y negociaciones con líderes como el francés Sarkozy, la alemana Merkel, el británico Brown, el español Rodríguez Zapatero, y el brasileño Lula. Las nuevas formas mundiales de regulación saldrán de un debate que no es entre capitalismo y socialismo. Es entre los que están construyendo Estados verdaderamente democráticos, unos con criterios más conservadores, otros con criterios más liberales, otros con criterios socialdemócratas.

En El Salvador, los candidatos a la presidencia tienen que decir con claridad cómo piensan construir un Estado e instituciones capaces de relacionarse con el mercado, para hacerlo más efectivo y evitar abusos, desequilibrios y crisis incontrolables, y sin ponerle trabas. Anunciar que el próximo gobierno va a generar “más empleo” o “más justicia”, sin decir cómo, con qué institucionalidad, y con qué instrumentos regulatorios es una falacia que ya no hay que dejar pasar a ningún candidato.

(El Diario de Hoy, Observador Electoral)

Urge un recuento sin trampas

En Nicaragua, hemos vivido el proceso electoral más turbio de los últimos años. Se ha perdido lo que se obtuvo con tanta sangre y sacrificio: el derecho a elegir limpiamente a quien nos gobierne. Después de estas elecciones, la autoridad del Consejo Supremo Electoral ha quedado anulada y estamos de nuevo entrampados en un sistema que, habiendo constituido un poder a su imagen y semejanza, ha desnaturalizado los instrumentos de gobierno y ha demostrado que ejerce un control férreo --civil y militar-- de las instituciones del Estado, y que con éste puede convertir nuestra voluntad ciudadana, nuestro voto, en papel mojado.

A quien diga que toda protesta contra lo que ha sucedido en Nicaragua en estos últimos días es producto del síndrome del mal perdedor, habrá que decirle que es imposible no analizar estos resultados como la culminación de un proceso de manipulación y embustes que se ha venido gestando por meses. Signos conocidos de esto fueron la eliminación de partidos políticos, la asignación de representación en las mesas electorales a partidos para-sandinistas, como AC, cuya mísera votación en 2004 los tendría que haber dejado sin personería jurídica o la ALN, birlada con sucias maniobras a su fundador. A esto se suma el rechazo a la observación electoral independiente de la OEA y de los organismos nacionales especializados en esta labor. La ceguera demostrada para detener el abuso de recursos del Estado puestos al servicio de la propaganda del partido de gobierno que, descaradamente, violó todas las normas establecidas en el código electoral sin recibir por esto siquiera un llamado de atención de las autoridades competentes.

Pero si estos signos anunciaban que estas elecciones serían sesgadas, el descaro con que se ha actuado a lo largo de estos últimos dos días en el suministro de los datos electorales y en la abierta parcialidad a favor del FSLN, es realmente lamentable. No habíamos visto al Consejo Supremo Electoral actuar con el poco profesionalismo que exhibió en estas elecciones. Los datos tardíos, incompletos, que se empezaron a dar a las 10:30 de la noche del domingo 9, y que reflejaban porcentajes mínimos de conteo, se dejaron caer sobre el electorado como si la intención fuese apuntarle una prematura victoria al FSLN. La denuncia de que se contabilizaron en primer lugar las actas de las mesas donde ganaba el orteguismo, para generar con la salida de la población a las calles la impresión de un hecho consumado, ha sido corroborada por fiscales y por el partido opositor. Lo más grave es que las copias de las actas del partido opositor no coinciden con los resultados oficializados por el CSE.

Las discrepancias existentes son tan grandes que no pueden obviarse y no permiten asumir la simple actitud de “aceptar los resultados”. No se le puede pedir a la población que acepte resultados tras un proceso tan viciado como el que hemos vivido. No se le puede pedir que confíe en la legalidad, siendo que la legalidad ha sido tergiversada de manera tan repetida y flagrante en los últimos dos años y que el Consejo Electoral, desde la llegada de Daniel Ortega al poder, se ha plegado abiertamente a sus intereses y obedecido sus órdenes.

Para cualquiera que haga números, resulta sumamente difícil conciliar que un partido que hace sólo dos años logró un magro 38% de la votación nacional, de pronto y a pesar de los resultados negativos para el FSLN de cuanta encuesta de imagen y satisfacción con el gobierno se ha hecho en los últimos meses, alcance una votación favorable de más del 60%. Ese tipo de números, sumado a las denuncias, arroja suficientes sospechas sobre el proceso como para ameritar un serio cuestionamiento.

La violencia que hemos vivido en Managua desde el domingo 9 por la noche es lamentable, pero ha sido la consecuencia de la política estatal y partidaria del Danielismo. Desde hace meses, son ellos quienes han incitado este tipo de acciones y las ha condonado, sacando grupos beligerantes a las calles y animándolos a dar rienda suelta a sus pasiones más bajas en contra de jóvenes y grupos opositores que deseaban manifestarse. Las trifulcas callejeras se han convertido, bajo este gobierno, en la manera de operar de los simpatizantes partidarios. De allí que en esta coyuntura, el ejemplo de estas trifulcas cunda y desemboque en sangre, muertes y destrucción.

Como lo han expresado ya varios organismos y el partido PLC, estos resultados electorales no deben, ni pueden aceptarse hasta que no se produzca un recuento de todas las actas, bajo la observación imparcial de un organismo calificado e imparcial.

La Asamblea Nacional debe intervenir en esta situación y debe proceder a destituir al actual Consejo Supremo Electoral, y sustituirlo por miembros de probada honestidad e imparcialidad. De lo contrario, habremos regresado a la época negra donde votar era irrelevante porque los resultados amañados se conocían de antemano.

(El Nuevo Diario, Managua, Nicaragua)